ES NOTICIANOTAS DE OPINIÓN

ADIOS HERMANO

Siendo respetuoso del pedido de tu familia, hace unos pocos días no te nombré ni identifiqué en mi Facebook con tu nombre, ni publiqué tu foto; me refería a vos como lo que nos sentíamos ambos que éramos: hermanos.

Pero anoche, a pocos días de que emprendieras tu viaje, consulté con tu esposa e hijas si podía nombrarte porque recibí decenas de saludos y acompañamiento al escrito que ahora abajo repito. Pregunté si podía mencionarte y mostrarte en una foto reciente. Me dieron su conforme.

Quienes me saludaron no sabían de quien hablaba, pero creo que pude transmitir lo que fue un gran tipo. Las respuestas que tuve fueron palabras afectuosas y del reconocimiento que vos despertaste, eran para vos.

Por eso mi querido Alberto Guardiola, tu derrotero por CESOP, FECOSUR, FACE, la CLER, y por todos los escenarios que transitaste, tus pasos no pasaron inadvertidos. En todas esas entidades solidarias dejaste huellas imborrables.

El sábado pasado, cuando te fuiste dije:

Como vos decías que yo era el hermano menor que no tuviste; vos sabías que eras para mí, no solamente como un hermano mayor, sino alguien a quien quería y seguiré queriendo y extrañando siempre.

Compartimos la vida, el trabajo, los sueños, nos cuidamos del afuera, algunas veces espalda contra espalda.

Como esta maldita Pandemia no me permitió darte el abrazo que siento necesidad de darte, escribo estas líneas para agradecerte el haberme permitido conocerte.

Cuando hace un mes me enteré la enfermedad que padecías, temí el desenlace; el mismo que tuvo rápidamente también una gran mujer, mi suegra hace pocos años. Pero quien era yo para decir o pronosticar lo que vislumbraba, sin ser médico, y mucho menos restarle a tu hermosa familia la esperanza de que pudieras superar el trance.

Por ello ni preguntaba, más que un par de veces como estabas, por temor. Y además, por el Covid, no podía visitarte. Fue muy feo el no poder estar contigo y los tuyos.

Y como además tenemos varias similitudes en cómo somos, me hubieras echado cabronamente… ¿O no, querido hermano?

Además de ser viejos y cabrones, esas cosas del destino hizo que también tuviéramos el mismo título de estudios, ancestros de la misma región, formas de ver las realidades políticas bastantes parecidas y una visión de la economía con raigambre solidaria real.

Me llevaste e hiciste entrar en este mundo que amo, el de la economía social y fuera virando mi orientación y vocación periodística hacia las cooperativas, gracias!

Fuiste esos tipos emblema para mí. Me asombraba y admiraba que sintieras, pensaras, dijeras y actuaras, en la misma línea, sin relatos falaces.

Siempre tuviste la palabra justa para retarme, orientarme, guiarme y la mejor recomendación para superar mis problemas tanto personales como profesionales. Incluso fuiste decisivo para que pudiera resolver problemas de hábitat no una vez, sino varias.

Fuiste un trabajador incansable; formaste una familia divina; viviste intensamente todo, y en lugares donde la naturaleza decía: esto es para vos. Y vos, hermano, les devolviste a esos parajes hermosos y sus comunidades, la sapiencia, afecto y profesión que tuviste, supiste y pudiste transmitir. Todo lo disfrutaste con tus seres más cercanos.

Hermano, un abrazo desde el alma. Siempre te recordaré y agradeceré. LDC

Un comentario en «ADIOS HERMANO»

  • Excelente nota Luis. Comparto todo lo que expresaste!!! Abrazos!!!!

    Respuesta

Responder a Jorge Lacambra Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *