CGE y Ud.Institucionales

HIDROGENO VERDE

Inserción de PyMEs y cooperativas en la estrategia nacional en mejora del medio ambiente y la sustentabilidad

La mirada sustentable de Argentina

En el mes de mayo, el Consejo Económico y Social, conducido por Gustavo Béliz, inició una serie de actividades en vistas a la construcción de una estrategia nacional del hidrógeno 2030, con un gran alineamiento con el pacto verde europeo y su marco de actuación en materia de clima y energía hasta el año 2030 y 2050.

La Unión Europea tiene como objetivo alcanzar en 2030: 40% de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a 1990; 32% de cuota de energías renovables y 32,5% de mejora de la eficiencia energética. De esta forma se cumplirían con los compromisos asumidos en el acuerdo de París sobre calentamiento global.

Por su parte, Argentina, a través de su presidente Alberto Fernández, en la Cumbre de Ambición Climática en el quinto aniversario del Acuerdo de París, organizado por las Naciones Unidas, anunció un nuevo compromiso para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero hacia el año 2030 y reforzar las capacidades de adaptación de las comunidades a las consecuencias del cambio climático,

en particular de las más vulnerables, con el objetivo de promover un desarrollo integral y sostenible, que busca no exceder las 358,8 MtCO2eq de gases de efecto invernadero (GEI) al año 2030 y elaborar su estrategia de desarrollo a largo plazo con el objetivo de alcanzar un desarrollo neutral en carbono en el año 2050 y trabajar en el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático.

Según el presidente Fernández los ejes de implementación de la nueva contribución serán la promoción de la transición energética, el transporte sostenible, la preservación de ecosistemas —bosques, humedales, océanos, entre otros—, la transformación productiva sostenible en sector de agricultura, ganadería e industria, y la mejora en la gestión integral de residuos. Asimismo, en materia de adaptación, se plantea desde el gobierno fortalecer la sensibilización, la construcción de capacidades y la implementación de medidas de reducción de vulnerabilidad en las comunidades, la infraestructura y los sistemas productivos.

Los países miembros de la UE, al igual que otros como Corea del Sur y Japón, están movilizando una gran volumen de inversiones que les permita transformar su matriz energética hacia energías renovables, para lo cual requieren desarrollar vectores energéticos que viabilicen el transporte de esta energía, sobre todo de aquella que sea generada fuera de su territorio, minimizando el impacto ambiental y resultando económicamente factible. Es así que el hidrógeno toma relevancia como vector energético y surge una oportunidad para varios países como lo es para Argentina.

La República Argentina, en este marco, deberá trazar una estrategia que incluya no sólo sus propias metas de descarbonización, incluida la transformación de su matriz energética en pos de las energías renovables; sino también políticas que permitan mejorar su eficiencia energética; la seguridad energética en este cambio de escenario; la transformación de su mercado interno de la energía; y políticas de mediano y largo plazo para fortalecer la inversión pública y privada en investigación, innovación y mejora de la competitividad en este mercado en desarrollo. De esta forma será posible aprovechar esta ola para insertarse en el selecto grupo de países con dominio tecnológico y de medios de producción.

Por qué es importante hablar de Hidrógeno Verde (e-Hydrogen)?

Su uso no solo permitiría reemplazar en gran medida los usos actuales del gas natural, unos 350 TWh/año, sino que abriría enormes perspectivas de ampliación de mercado en base a la introducción del hidrógeno en el transporte terrestre pesado, en el ferrocarril, en el transporte fluvial y marítimo ligero e incluso en el aéreo ligero. Esto incrementa el potencial de futuro del mercado de hidrógeno teniendo muy presente las actuales infraestructuras disponibles de la industria gasista.

El hidrógeno verde es aquel que se produce por electrólisis del agua a través de fuentes renovables de energía, como la que generan los campos de paneles solares o los eólicos, que aprovechan los vientos.

Mientras que energías limpias como la solar o la eólica son intermitentes, pues funcionan solo cuando hay sol o viento, el hidrógeno tiene la ventaja de poder almacenar y distribuir energía.

El hidrógeno se puede usar para volver a producir electricidad, para crear materias primas, productos químicos y se puede mezclar con otros combustibles para hacer combustión mixta.

El hidrógeno, y los productos basados en hidrógeno como el metano sintético, constituyen una vía para la transición energética que permitiría ir reemplazando el uso de energías fósiles por fuentes renovables.

Adecuación de la normativa vigente sobre hidrógeno

En meses anteriores fue presentado por el Diputado Alberto Gustavo Menna un proyecto legislativo con el objetivo de modificar algunos artículos de la ley 26.123 “Régimen Legal de Promoción del Hidrógeno” para posibilitar el desarrollo de la actividad, haciendo especial hincapié en la generación de hidrógeno de fuente “limpia” o “verde”, producido a partir de procesos de electrólisis que emplean como matriz energética aquellas de fuente renovable.

Parte de los fundamentos esgrimidos por el diputado en el proyecto versan lo siguiente “…Actualmente existen en el mundo diversos proyectos que apuntan al consumo de este combustible sostenible: la puesta en marcha en septiembre de 2018 en Alemania del primer tren de pasajeros del mundo impulsado por una celda de combustible de hidrógeno; la fabricación de 1.000 camiones eléctricos de celda de combustible Hyundai para el mercado suizo; o –en su momento- la decisión de hacer de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 un punto de inflexión en la realización de una sociedad de hidrógeno, utilizando este combustible para el funcionamiento de la villa olímpica y el transporte, con una flota de más de 3.000 vehículos FCV de la empresa Toyota.

Más recientemente los proyectos para propulsar buques y aviones con hidrógeno dan cuenta de la magnitud del cambio que se aproxima y para el cual Argentina –con potencial altísimo de generación renovable- debe estar preparada. Consecuentemente, la demanda y la oferta en el mercado de electrolizadores está creciendo. No sólo aumenta el número de fabricantes, sino que también aumenta el rango de capacidad y la escala de los dispositivos. A la fecha, se han instalado cientos de MW de diferentes tecnologías de electrolizadores, mientras que las compañías de hidrógeno líderes del mercado anuncian sus mejoras en este campo año a año, logrando electrolizadores más grandes y más eficientes, basados en pedidos comerciales concretos provenientes de los rincones más diversos del mundo”…

De estas palabras podemos inferir sin dudas las innumerables oportunidades en todos los aspectos de la cadena de valor: la producción industrial de componentes de todo tipo para la generación, para la transformación, para el transporte y la comercialización nacional e internacional del hidrógeno verde.

Ventajas comparativas de la Argentina

Actualmente, muchos países en Europa y Asia se están recuperando económicamente de la pandemia con planes que incluyen el hidrógeno y Japón es el líder en la materia. En el caso de Argentina, hacia fines de 2020 el Gobierno retomó la propuesta de fomentar este recurso junto con el Instituto de Tecnologías del Hidrógeno y Energías Sostenibles (ITHES) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) e YPF.

Miguel Ángel Laborde ex vicepresidente a cargo de la presidencia del CONICET entre septiembre y diciembre de 2019 y actualmente miembro del directorio de esta entidad en representación de las Ciencias Agrarias y de Ingeniería (Conicet), sostiene que hay que promover el uso de vehículos que no utilicen el motor de combustión interna y diferencia dos tipos de VE: los vehículos eléctricos que son relativamente livianos y con baja autonomía (con baterías convencionales de litio), y el de hidrógeno que, combinado con una pila de combustible (pila de hidrógeno) sirve para vehículos pesados y de gran autonomía. 

Según Laborde Argentina tiene dos ventajas importantes: una amplia experiencia de la industria sobre el hidrógeno y una gran experiencia también en el manejo de gases comprimidos a alta presión. El hidrógeno como combustible vehicular se almacena a presiones muy altas, el doble que el GNC porque es muy poco denso. Estas ventajas competitivas son importantes respecto al resto de los países de Sudamérica.

Argentina posee excelentes condiciones naturales para la generación de hidrógeno, ya sea a través de sus recursos renovables altamente competitivos, como de sus importantes reservas de gas natural. Además, cuenta con un sistema de ciencia y tecnología altamente capacitado para abordar con buena expectativa los desafíos tecnológicos de manera temprana. Estas condiciones de partida permiten proyectar costos de hidrógeno muy competitivos que sustentan el atractivo para la búsqueda de oportunidades.

Los precios del combustible “hidrogeno verde” sin lugar a dudas serán más altos en una primera instancia debido a la temprana edad de esta tecnología en comparación con las de origen fósil ya amortizadas hace muchísimos años, pero se dispone de estudios que muestran que, si se sigue trabajando en su desarrollo, los precios van a ir disminuyendo. Las proyecciones indican que en 15 o 20 años esas tendencias se invertirán. Por este motivo es importante la intervención del estado en ésta materia que es estratégica para el país promoviendo la rentabilidad a través de los diversos mecanismos a su alcance.

Aplicación del hidrógeno verde al transporte de carga y pasajeros en Argentina

El transporte en Argentina requiere una mirada de largo plazo teniendo en cuenta que la renovación del parque automotor pesado (camiones, trenes, barcos livianos, colectivos y aviones livianos) hacia la modalidad eléctrica con “pilas de hidrógeno” va a requerir de muchos años e inversión sostenida y planificada, pero es necesario dar los primeros pasos.

En muchos países del mundo el transporte urbano de pasajeros ya hizo dicha transición, y empezamos a ver desarrollos de transporte de carga con movilidad eléctrica con pilas de hidrógeno ganando terreno.

Todo esto parece una utopía para Argentina, pero es tiempo de reconocer nuestras oportunidades cuando están sobre la mesa.

Los gobiernos municipales, provinciales y, especialmente, sus parlamentos deberán adecuar las normas para comenzar este cambio que será inevitable transitar lo antes posible y que permitirá el desarrollo de muchas empresas actuales o futuras dedicadas a la fabricación de vehículos eléctricos en todas las modalidades. Por otro lado, la generación, almacenamiento y transporte de “hidrógeno verde” será un negocio que sin lugar a dudas, tendrá preponderancia en los próximos años en nuestro país y en todo el mundo. Las PyMEs y cooperativas de electricidad tienen una oportunidad de negocios interesante para ser explorada con una visión de mediano y largo plazo.

La electrificación del transporte sin la generación de energía de fuentes renovables no resiste el juicio de la sustentabilidad, ya que requeriría mayor consumo de combustibles fósiles para abastecer de energía a dichos vehículos. En esta ecuación es donde el hidrógeno obtenido desde la electrólisis del agua cobra relevancia. Es una forma sustentable de almacenamiento y disposición inmediata de energía renovable, una solución a la intermitencia de la generación fotovoltaica y eólica que hoy lideran la generación renovable de energía.

Las cooperativas proveedoras de servicios de electricidad

Proyectos de ley como el de generación distribuida de la provincia de Buenos Aires, recientemente aprobado en la cámara de diputados y actualmente con tratamiento en el senado, habilitarían a las cooperativas de electricidad a comercializar los excedentes que surjan de generación propia de energías renovables y les permitiría a éstas evaluar proyectos de inversión que cuyo resultado surja de inyectar al circuito interconectado nacional y también evaluar la potencialidad futura de comercializar hidrógeno verde a partir de una planta propia de electrolisis de agua o almacenar la energía utilizando este vector, para reconvertirlo en electricidad en los momentos de menor generación.

Con la tecnología y precios internacionales actuales, ciertas regiones de Argentina, permitirían alcanzar niveles de costos que vuelvan factible la exportación de hidrógeno, tal es el caso de Jujuy, Salta, La Rioja, Misiones con alto potencial de irradiación solar, y la provincia de Buenos Aires, Río Negro, Chubut y Santa Cruz con un gran potencial eólico.

Asimismo, se abre un nuevo espectro de negocios para las cooperativas y PyMEs, en general, que podrían avanzar sobre mercados hoy inexplorados, como la comercialización de hidrógeno a nivel nacional o internacional para su utilización en el transporte, para uso industrial y/o como porcentual del metano gaseoso para consumo industrial u hogareño.

Adicionalmente, hoy contamos con experiencias en un mundo donde el hidrógeno es utilizado para la fabricación de amoniaco y metano verdes, simplificando el almacenamiento y transporte del vector energético, que ampliarían las alternativas de negocios a este segmento. En particular, el amoniaco verde está siendo incorporado como combustible para la industria naval, con grandes fabricantes de motorización que buscan alternativas a las restricciones planificadas por países como los europeos.   

La inserción de las PYMES

Una planificación adecuada del proceso de transición energética, con una eficiente utilización de fondos de estímulo para investigación, desarrollo e innovación, también en articulación con universidades y empresas PyME, que a través del desarrollo de tecnología local para la producción, almacenamiento y aprovechamiento energético del hidrógeno, permitiría que Argentina pueda insertarse en esta industria incipiente de manera temprana, ocupando un lugar en la economía del conocimiento vinculada al hidrógeno.

Desde la CGE Metropolitana remarcamos la importancia de incorporar a las PyMEs a la cadena de valor y no sólo presentar a nuestro país como un actor pasivo que pueda eventualmente obtener un beneficio de su locación geográfica y de eventuales condiciones políticas que favorezcan la llegada de inversiones extranjeras directas.

Para esto, resulta sumamente importante potenciar el trabajo que viene realizando la secretaría de políticas estratégicas, en coordinación con el ministerio de desarrollo productivo y la cancillería, para que en el corto plazo sea posible trazar un horizonte y definir las herramientas que permitan aunar esfuerzos, no sólo del sector público, sino sobre todo del empresariado nacional, para insertarse en este incipiente mercado global.  

El Hidrógeno como commodity

El hidrógeno es uno de los combustibles más seguros. Su seguridad es comparable a la del gas natural. Por este motivo ha sido utilizado mundialmente desde hace décadas en aplicaciones convencionales en la industria química y petroquímica y también como combustible antes de que el gas natural se hiciera con este mercado.

Actualmente, se producen en el mundo más de 70 millones de toneladas, de las cuales más del 90 % son para uso industrial, ya sea para la producción de amoniaco, en refinerías, en alimentación, en la fabricación de vidrio o en las industrias metalúrgicas o de procesos térmicos especiales.

Es, por tanto, una commodity, una mercancía que adicionalmente sirve como combustible, ya sea mediante pilas de combustible, motores o turbinas de gas. Además, se puede transportar y almacenar, tanto en forma de hidrógeno comprimido como combinado en otras moléculas, como el amoniaco o el metanol.

La producción, transporte, almacenamiento y usos del hidrógeno se continúan desarrollando previendo su utilización en nuevas áreas que darán lugar a grandes mercados impulsados por las nuevas normativas para afrontar el cambio climático y la transición energética, como, por ejemplo, el sector de la movilidad y el almacenamiento de energía eléctrica renovable en combustibles o Power-to-X.

En lo que se refiere al transporte basado en movilidad eléctrica, el uso de hidrógeno puede ser discutido frente al uso directo de electricidad procedente de baterías, ya que tiene más sentido que realizar el proceso de transformar la energía química del hidrógeno en energía eléctrica.

Esta segunda opción es más viable por motivos de autonomía y potencia. De hecho, las enormes necesidades del transporte se pueden agrupar en tres grandes grupos con líneas de separación difusas, pero que permiten prever en qué casos el hidrógeno está llamado a desempeñar un papel esencial: vehículos eléctricos con baterías (BEV); vehículos eléctricos con pilas de combustibles de hidrógeno (FCV) y vehículos eléctricos en base a bio o sintetizados combustibles líquidos.

Y-TEC – el ala de nuevos desarrollos tecnológicos de YPF

Recientemente se creó un consorcio denominado H2AR en el ámbito de Y-TEC (área de desarrollos tecnológicos de YPF), un espacio de trabajo colaborativo entre empresas que busca la innovación y promueve el desarrollo de la economía del hidrógeno en el país. Este consorcio cuenta con más de 30 compañías miembro y trabaja en 8 células de trabajo transversales a la cadena de valor del hidrógeno.

En este consorcio participan automotrices, movilidad de pesados, maquinaria y buses, generadoras de energía eléctrica, Transportadoras y distribuidoras de gas natural, refinadoras de petróleo, productoras y consumidoras de H2 en Argentina, grandes consumidores de energía, empresas de tecnología y energía. Lamentablemente, no se ha trabajado aun en la incorporación de PyMEs de capital nacional a este consorcio, promoviendo su incorporación a la cadena de valor, anticipándose a los cambios y desarrollando tecnología con potencial exportador.

Las empresas que quieran ser parte de este consorcio pueden hacerlo pagando un canon anual y remitiendo un formulario de inscripción. Para más información el lector puede obtenerla en el siguiente link:  https://y-tec.com.ar/consorcio-h2ar/.

El potencial solar, eólico y de recursos biomásicos de Argentina es muy grande y permite pensar en hidrógeno verde en todo el territorio. Sólo es necesario el acompañamiento del estado en el fomento de inversiones en este sentido.

Países que están a la vanguardia en inversiones de e-Hydrogen (Hidrógeno Verde)

En Australia ya hay 5 megaproyectos en su territorio, gracias a sus enormes recursos de energía renovable, en particular, la eólica y solar. El potencial es comparable con el de Argentina y esto muestra a las claras la oportunidad que tiene nuestro país en la materia, sólo se requiere un marco normativo adecuado que brinde previsibilidad a las inversiones y comenzar a transitar rápidamente esta nueva revolución.

El proyecto más grande -del país y del mundo- es el Asian Renewable Energy Hub, en Pilbara, Australia Occidental, donde se planea construir una serie de plantas con electrolizadores con una capacidad total de 14GW. Se prevé que el proyecto de US$ 36.000 millones esté listo para 2027-28.

Los otros cuatro proyectos (dos en Australia Occidental y dos en Queensland, en el este) están todavía en la fase inicial de planificación, pero, de aprobarse, sumarían otros 13.1GW.

Por todo esto, algunos están llamando a Australia «la Arabia Saudita del hidrógeno verde».

Nuestro país vecino Chile, considerado una de las mecas de la energía solar junto con Argentina fue el primero en la región en presentar una «Estrategia nacional de hidrógeno verde», en noviembre de 2020.

«Si hacemos las cosas bien, la industria del hidrógeno verde en Chile puede ser tan importante como la minería, el sector forestal o como fueron alguna vez los salmones», señaló en declaraciones a la revista Electricidad el secretario de Energía, Juan Carlos Jobet.

Según informa la cadena BBC, la Unión Europea (UE), en su «Estrategia de hidrógeno para una Europa climáticamente neutra», publicada a mediados de 2020, se comprometió a invertir US$ 430.000 millones en hidrógeno verde entre ahora y 2030.

En igual sentido, Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, prometió en su plan energético que se asegurará «de que el mercado pueda acceder al hidrógeno verde al mismo costo que el hidrógeno convencional en una década y para comprender la magnitud del negocio en ciernes el banco de inversiones Goldman Sachs estimó en septiembre pasado que el mercado del hidrógeno verde superará los US$ 11 billones para 2050.

Estudio realizado y escrito por

CPN Raúl Scaglia
MBA,  Ing. electrónico Federico Hernaez

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