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“EL MODELO COOPERATIVO ES UN GRAN CAMINO PARA PODER DESARROLLARSE UNO COMO PERSONA”

Diálogo con Mario Beltramo presidente de la Cooperativa de Electricidad –CESPAR- de Selva, Santiago del Estero.

Para comenzar ¿podría comentarnos cuáles son las características principales de Selva?

Mario Beltramo, presidente de la Cooperativa Eléctrica (CESPAR) de la localidad de Selva

A Selva se le llama el portal del NOA. Tenemos un festival que le hace honor. Es la entrada a Santiago del Estero, por ende, al noroeste argentino. Es cabecera del departamento de Rivadavia y cuenta con 5.000 habitantes. Es una zona agrícola – ganadera, casi de periferia. De hecho, haciendo un poco de historia los últimos asentamientos italianos y españoles se han dado en nuestra zona y desde ahí el trabajo rural. Lo que más abunda es la zona tambera y ganadera. La agricultura, por su parte, ha tenido su intromisión en los últimos años, como ha pasado creo que, en la mayoría de las regiones. Pero es una zona fuertemente tambera y ganadera; eso es lo que la caracteriza. De hecho, la vida, nuestra zona, las poblaciones locales tanto de Selva como la de sus alrededores se encuentra atravesada, principalmente, por el sector productivo primario: ganadería, lechería, agricultura.

Es una ciudad linda. Tiene como característica principal el orden. Es prolija con su misma ciudad y zona. Esto se evidencia en la prolijidad de los espacios públicos, las calles, los alumbrados, los accesos a la ciudad. No son demasiado vistosos, pero sí ordenados. Inclusive es algo que también se ve en el lugar habitacional de cada uno. Otro rasgo de Selva es la amabilidad de la gente. La cortesía aquí está a flor de piel.

Las actividades económicas productivas de Selva son la ganadería, la producción lechera y, en menor medida, la agrícola.

¿De qué manera considera que la historia de la localidad se entrelaza con la de CESPAR?

Recordemos que, hacia mediados de siglo, la población rural alcanzaba hasta el 60% de la región. Entonces hay un fuerte vínculo de esa población rural con su entorno y las necesidades que tenían en ese momento que fueron motivadas por el auge del movimiento cooperativo. Dentro de ese contexto se vislumbra una necesidad en la población rural, para mejorar su calidad de vida, que es tener energía eléctrica. Varios de los pioneros y fundadores de nuestra cooperativa recorrieron cooperativas de producción de leche, averiguando la importancia y el valor que se le daba a la energía eléctrica. Digamos que, por incursión, generaron el proyecto que le dio vida a la cooperativa. Acá no hay que dejar de mencionar al estado, porque también formó y fue quien terminó acompañando al proyecto para que se concrete. Estamos hablando del año 73 que es cuando se fundó la cooperativa, aunque hacia 1978 se inicia efectivamente el suministro eléctrico para 90 asociados. Hoy son 480, todos del sector rural. No tiene injerencia en la de Selva ciudad.

Actualmente estamos incursionando en un nuevo proyecto de fibra óptica. Si bien ya tenemos hecho el tendido de fibra por la ciudad, incursionaremos con un nuevo servicio, internet, y lo haremos para una población más amplia de la que estamos acostumbrados, abarcaremos al sector rural y al urbano. Es un proyecto de más o menos 2 años y medio, que surge porque vimos la necesidad de dar un paso hacia la tecnología y estamos dispuestos a invertir para dar este servicio. Convengamos y aclaremos que la zona nuestra es extra pampeana. Los centros urbanos más grandes los tiene la ciudad capital a unos 30 kilómetros con otra posibilidad de adquirir servicios. La situación acá es otra. Yo creo que, si no hubiese sido por la pandemia, no nos hubiésemos dado cuenta de cuál era el verdadero alcance del internet, de todos los servicios que de ella se prestan y cómo la tecnología ha pasado a ser parte de nuestra vida cotidiana.

Continuando con esta línea, ¿qué servicios le están ofreciendo a la comunidad?

La cooperativa abarca con su servicio eléctrico, desde 1978, a todo el departamento de Rivadavia, donde Selva es su capital.

Entre el 2005 y el 2010 el sector noreste se veía muy complicado por el tema del recurso del agua para consumo animal. Como le decía al principio esta es una zona de gran impacto tambero – ganadero y, en ese momento, se estaban produciendo alrededor de 70.000 litros de producción lechera por día, pero las aguas eran de muy mala calidad. Frente a la necesidad y teniendo en cuenta que a 40 kilómetros de la ciudad de Selva se encuentra el río Salado que cruza todo Santiago del Estero, a un grupo de productores se les ocurrió que podrían traer el agua más cerca. Así CESPAR se hizo cargo del proyecto de 42 kilómetros de acueducto entubado de 250 milímetros de diámetro el cual llega hasta Selva y distribuye el agua de campo a campo. El productor tambero – ganadero tiene en su puerta de ingreso al establecimiento un tanque, donde tiene un depósito de agua que va constantemente manteniéndose por los distintos bombeos que hace al sistema del acueducto. Este proyecto abarca una zona geográfica de más o menos 120.000 hectáreas y a más de 10 años de haberse concretado ha duplicado la cantidad de litros producido en la zona por día. Sin éste, muchos de sus productores hubieran tenido que dejar la actividad y esas tierras se hubiesen convertido en agrícolas. Recordemos que el proyecto nació como agua para consumo animal, pero gracias a la articulación entre lo público y lo privado, más tarde, empezó a producir agua potable para la población de Selva, para la comuna de Palo Negro, la colonia Los encantos y la colonia La Romelia.

Ahora nos encontramos incursionando en un nuevo proyecto, FTTH al hogar, con la intención de llegar a todo el sector rural y acompañar a las poblaciones vecinas del sector urbano. Entendemos que este cambio será un salto comunicacional importante, porque en nuestra zona, el internet y la capacidad de banda ancha es muy limitada.

¿Cómo los encontró la pandemia? ¿A qué desafíos los enfrentó?

Los primeros días de la pandemia estuvieron cargados de incertidumbre. De alguna manera nos puso a prueba en cuanto a nuestro pensamiento y forma de proceder. Pero, asimismo, generó la oportunidad para lanzarnos sobre el proyecto de fibra óptica. Lo teníamos hace un año y medio, sabíamos que el costo sería grande y nunca terminábamos de tomar la decisión. La pandemia nos dio la patadita para empezarlo.

Desde el punto de vista económico – financiero la cooperativa estaba equilibrada pre pandemia. Somos una zona protegida en donde el asociado entiende bien que el servicio necesita estar día a día y que no tenemos que dejar de prestarle atención a su mantenimiento, porque, si no, las consecuencias son inmediatas.

Dentro del sector del personal, el impacto fue importante; pero bueno, el desconocimiento de cómo manejarnos nos hacía estar muy pendientes y no saber cómo resolver las guardias. Primero, optamos por el home office. Después generamos grupos de trabajo para no amontonarnos y seguir prestando el servicio.

Vivimos una situación particular, ya que somos límite con otra provincia. En Santiago del Estero se habían cerrado las fronteras, entonces, parte del desarrollo de las redes de energía estaban hacia Santa Fe y no teníamos cómo pasarla. No entendían tampoco la importancia de lo que es mantener el servicio al día, en particular, cuando surgen reclamos. Esos fueron trastornos que en la medida en el que pasó el tiempo los pudimos ir solucionando y acomodando.

Nuestro mayor desafío fue adoptar la tecnología. Muchos de los asociados aprendieron a usar el home banking u otros medios electrónicos, lo cual resultó una oportunidad para aprender a manejar las cuentas y administrar los recursos.

La pandemia para mí fue quizás el punto de partida para atrevernos a aquellas cosas que estábamos dudando y sentir el respaldo de los asociados y del personal de la cooperativa, porque creo que, si hay algo que rescatar de positivo en esto, es la presencia tanto de un lado como del otro. Se hizo sentir en todo momento, no dejando de pagar sus facturas, estando atentos al mantenimiento del servicio para que todos podamos desarrollar nuestra actividad normalmente o lo más normal posible. Fue un desafío y en el grupo hemos encontrado la forma de poder salir bien de esta situación.

¿Alguna vez realizaron proyectos con otras cooperativas o instituciones referentes al sector eléctrico?

Siempre ha habido comunicación fluida con las otras cooperativas. Selva está atravesada históricamente por la adopción del sistema cooperativo, entonces siempre hay buen vínculo para generar proyectos.

Con cooperativas telefónicas y eléctricas, en su momento, teníamos un proyecto llamado “Se crece” que hubiese distribuido gas a Santa Fe, Córdoba y Santiago del Estero, pero quedó stand by. Una lástima, porque hubiese sido muy importante para realizar un tipo de desarrollo a otra escala.

La semana antes de que comience la pandemia habíamos tenido una reunión entre las cooperativas tambera, ganadera y eléctrica para encaminar un proyecto conjunto. Pero cada cooperativa, durante la cuarentena, se abocó a desarrollar los proyectos que tenía pendientes, porque, bueno, uno está inserto a una región, una zona y son necesarios también. Uno no se pone mal por el hecho de no poder avanzar en conjunto, si no que entiende que cada cosa tiene su tiempo de maduración. Ya se dará más adelante.

Soy consciente que la realidad de uno, no es la única que hay. De hecho, Fabricio Uberti, nuestro representante en FACE nos mantiene al tanto de ello. Más allá de que la situación de nuestra cooperativa sea de estabilidad, no dejamos de estar pendientes de aquello que puede beneficiar a las demás, porque ha habido situaciones muy complejas.

Si tuviera que elegir una fortaleza de la cooperativa ¿cuál sería?

Para mí una de las fortalezas que tiene la cooperativa y que se puede apreciar cotidianamente es, esa calidad del asociado de sentirse con la camiseta puesta, de entender lo importante que es el servicio y su mantenimiento día a día. Eso junto con el compromiso de los empleados, tiene su real fruto y su real sentido para mantener el servicio y que no decaiga.

Tuvimos una tormenta muy fuerte que nos dañó gran parte del sistema eléctrico que teníamos. De hecho, lo hemos conversado en el Consejo de Administración y les hemos hecho saber a los empleados nuestro reconocimiento, porque fue importante la caída de postes en el tendido rural por una sola tormenta que pasó en una hora un día domingo por la tarde. No obstante, los empleados tuvieron la capacidad de retomar toda a la normalidad en tan sólo 2 días y medio. El esfuerzo que han puesto cada uno de ellos para restablecer el servicio al 100%, cuando se había quedado afectado el 70% del suministro eléctrico, habla a las claras de ese compromiso que tienen. Esto es desde el entendimiento mismo de la necesidad de volver a la normalidad lo más rápido posible y que el usuario también lo sienta así. Ese compromiso recíproco es nuestra marca registrada.

¿Y hay algún punto sobre el que deberían mejorar?

Creo que el aspecto comunicacional para saber interpretar cuestiones del día a día. Es como lo que hablábamos recién con respecto a esta pandemia, en un momento nos produjo incertidumbre no saber hacia dónde iríamos. El desfasaje que no corre en esa comunicación es lo que nos confunde un poquito más. El tema de la comunicación es un punto sobre el que podremos ir mejorando y lo podremos ir desarrollando con el tiempo.

En cuanto a usted, ¿cuál es la historia que lo une al cooperativismo?  

Soy tercera generación en vida asociada a la cooperativa eléctrica y cuarta generación de productor tambero. Desde chiquito me han llevado a las distintas charlas informativas de la Cooperativa y siempre me interesaron los proyectos que se pueden llevar adelante y las necesidades que pueden satisfacer los asociados a través suyo. Por eso formé, desde chico, parte de los centros juveniles de la zona, los que se encargan de formar a futuros dirigentes o tomadores de decisiones del ámbito cooperativo.

Cada uno aspira a cumplir determinados sueños. El movimiento cooperativo une esos sueños y los apoya para que se cumplan. Es el hecho de transitar y conocer el día a día de las cooperativas, entender cuáles fueron los sueños de mi abuelo o de mi padre y, ver que, al tiempo, por ser asociados activos, todos esos pedacitos de sueño se van uniendo y terminan desarrollándose en uno colectivo. Si eso se entiende, sabe también que ese es un gran camino para poder desarrollarse uno como persona. Yo lo tomo desde ahí. El proyecto de acueducto de la cooperativa eléctrica nace por un grupo de productores que necesitaban el agua al día siguiente y fue un proyecto que capaz, en ese momento salía $50 por decir un número al azar, pero que al unir todos esos pedacitos de sueño lograron una inversión mucho más grande para una zona territorial mayor, que, en definitiva, terminó salvándola de desaparecer. La idea se transformó, uniendo esos pedacitos de sueños. ¿Por qué no seguir uniendo esos sueños con nuevas generaciones? Así como yo, hay también una camada de jóvenes de mi edad que tienen sueños y quieren desarrollarse dentro de la zona. Creo que nadie tiene ganas de ir a desarrollarse en otro lugar, sabiendo que tiene la oportunidad de hacerlo en su lugar, donde nació y se crió.

En el año 73 cuando se formó la cooperativa eléctrica, no todos estaban a favor, pero hoy mirado casi 50 años después, hay una zona totalmente electrificada, con un desarrollo productivo interesante y creo que los productores de aquel momento no miraban el desarrollo productivo que podría traer su proyecto. Ellos querían simplemente cubrir una necesidad y lograron más.

¿Qué legado le gustaría dejar para las próximas generaciones?

Todos tenemos nuestras aspiraciones y sueños. Hay muchos sueños que se pueden juntar y hay muchos sueños que se pueden unir en post de un beneficio común. Más allá de lo que cada uno tenga como meta, lo colectivo siempre va a ser superador. Creo que esa meta en conjunto es lo que nos termina dando ese plus de desarrollo. Yo por ahí puedo ser exitoso en mi negocio, pero sin un contexto que me beneficie y que me ayude, es difícil que pueda en una determinada zona seguir creciendo hacia el futuro. Entonces ese contexto se genera con esos vínculos.

El desafío que tenemos los que estamos hoy en el día a día en el movimiento cooperativo es, generar los espacios para que aquellos que vengan detrás nuestro, encuentren un lugar donde formarse, donde capacitarse y, sobre todo, tengan ganas e interés para seguir cumpliendo sueños.

Muchas gracias por su tiempo y calidez. Es gratificante conocer la historia de otras localidades y sus cooperativas. Espero que se pongan en contacto al instalar la fibra óptica, así podemos conversar nuevamente y cubrir ese evento.

Agradezco el contacto. Para nosotros es muy positivo poder darnos a conocer, que alguien del otro lado pueda escuchar nuestra realidad y así saber de otras realidades también. Creo que es muy satisfactorio, nos hace ser un poquito más humanos. 

AdCP

Mario Beltramo, presidente de la Cooperativa Eléctrica (CESPAR) de la localidad de Selva, profundizó sobre la realidad económica – social, el modo en el que atravesaron la pandemia y las líneas que procurarán el crecimiento del sector y su comunidad en el mediano plazo.

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