Institucionales

HACIA EL BIENESTAR DE LOS COOPERATIVISTAS DE BASE

Columna de opinión

No al “confort de dirigentes cooperativos para sí mismos”

En los últimos años la población mundial se ha empobrecido en un  95%. Por eso, es clave que desde los organismos multinacionales, se trabaje por los tres millones de cooperativas que existen en el mundo. Hoy en día el cooperativismo ha perdido oportunidades porque no existe un organismo que integre realmente a todas las cooperativas del mundo. Un organismo donde el cooperativismo de cada país miembro, pueda promover y generar plataformas de negocios productivos, optimizando sus acciones a través de los principios que pregona el cooperativismo desde sus inicios.

La lucha solidaria debe darse en todos los frentes en cada país. Por ello debemos inmiscuirnos en la política, ser candidatos parlamentarios, municipales, entre otros, más allá de los resultados que se puedan obtener, pero gradualmente se podrán ir logrando posiciones que permitan proteger y fortalecer los marcos regulatorios justos para las cooperativas en cada país. Tenemos que participar y decir: “presentes”.  Podemos y debemos asumir compromisos y asesorar a los parlamentarios proclives o que simpatizan con nuestros principios solidarios.

Somos los cooperativistas hombres de palabra y de trabajo digno. El dinero, los excedentes a como den, no está, dentro de nuestros valores, primero se debe pensar en satisfacer las necesidades de los cooperativistas, antes que generar excedentes. No es un fin el ganar dinero, sino un medio y creo que los dirigentes deberían proponerse dejar un legado en ese sentido.

Durante los últimos dos años, el 95% de la población mundial se empobreció debido a la pandemia. Pero, al mismo tiempo, un 5% de la totalidad de los habitantes en el mundo pasó de ser millonarios a billonarios. Será que el cooperativismo está dentro de este 5%?, les puedo decir que no, ya hemos escuchado discursos y escritos donde nos jactamos de haber atendido a los cooperativistas con los mismos recursos que teníamos antes de la pandemia. Como si los pescadores del mundo no hubieran tenido que seguir pescando con los mismos botes, las mismas redes y los mismos anzuelos, o como si los pobres agricultores de Latinoamérica no hubieran tenido que seguir produciendo con sus mismas palas y machetes y, al mismo tiempo, seguir recibiendo pagos miserables por sus productos.

Hace unos días, hablaba con unos amigos de Paraguay, sobre la posibilidad de formar Cooperativas de trabajo asociado para jóvenes sin empleo y esto si deberíamos hacerlo en todos los países, porque eso es bueno.

Debemos pensar en los demás. No interesan tanto los títulos ni la experiencia profesional que tenga el otro; lo esencial es conocer la voz del que siente frío o calor, de quien trabaja en el campo, produce soja, plátanos, café, cacao, frutas o cuida del ganado. Ahí hacen falta las energías saludables y la conectividad, así como una mística que piense en los demás y no solamente en uno mismo. Esos son los temas que necesitamos atender y resolver. En esto se basa el verdadero cooperativismo: que cualquiera que tenga una buena idea, la plantee y se tenga en cuenta.

En los 17 años que participé en la ACI, andaba con la gente de base, y por eso conocía las necesidades básicas o primarias de los cooperativistas, y lo que ellos esperaban de los organismos de integración. Y por Dios que sí pudiéramos hacerlo mediante una alianza en nuestra región con emprendimientos como la Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Energía y Telecomunicaciones Rurales – Tecnologías de la información y la Comunicación “CLERTIC”, dónde 42 millones de personas podríamos generar un desarrollo económico fuertísimo y capacitar sobre el modelo empresarial solidario, principalmente, a los más jóvenes, otro gallo cantaría.

Hay que intentar hacer el cambio, porque si no, los que menos tenemos, nunca obtendremos oportunidades y si no nos echamos a cruzar el río nunca sabremos qué pasa, que hay del otro lado….

Si los paradigmas son que no podemos, pues es lo que uno diga.

Alberto Mora Portuguez, Referente del cooperativismo latinoamericano.

Hay que crear plataformas de negocios, promoción de cooperativas, mejorar la capacidad de incidencia política con los gobiernos para tener el espacio para trabajar tal como lo sugiere la recomendación 193 de la OIT, 2002. Tenemos que pensar en grande… soñar.

Una cooperativa crece exitosamente, porque tiene un buen gobierno y se gestiona transparentemente. Hay muchos servicios que podemos dar. Es cultural y es imprescindible aplicar los valores cooperativos a nivel internacional.

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