2021: Perspectivas de crecimiento
¿PERO,…COMO?
La Organización Mundial de la Salud, hace algunos días, expresó que probablemente el COVID 19 llegó para quedarse.
La noticia lleva a evaluar nuevas formas de relacionamiento social, de interacción, de vida, considerando un riesgo de contagio permanente. Sociedades como la japonesa muestran que es posible y que da buenos resultados sanitarios usar barbijos y el distanciamiento físico.
Hacia fines del pasado año 2020 se contó con las primeras vacunas, pasos iniciales hacia la inmunización masiva, que requiere ahora expandir la capacidad de producción, optimizar la logística para almacenamiento y distribución (con la cadena de frío que se requiere para las vacunas que utilizan la tecnología del ARN mensajero -menos 80 °C- ) y vacunar a unas 2 mil millones de personas alrededor del mundo.
Estos enormes trabajos se desarrollan mientras se da el debate si la vacuna debe ser obligatoria o voluntaria (en un mundo donde no todos quieren vacunarse).
En Argentina, como en otros países de la región, las autoridades sanitarias se han expresado: no será obligatoria la vacunación y se intenta explicar los beneficios que tiene para la salud aplicarse la/s vacuna/s.
La inmunización global se va a lograr, demanda esfuerzo y tiempo.
Mientras tanto, muchas actividades requieren creatividad y del creciente uso de nuevas tecnologías en un dinámico proceso de adaptación a la realidad de una pandemia que podría continuar por meses.
El desarrollo tecnológico ha sido notable en los últimos años.
En el siglo pasado las vacunas tomaban cuánto menos 10 años en desarrollarse.
En el caso del COVID19, en meses se logró el desarrollo de vacunas y se han autorizado por las autoridades sanitarias en el inicio del proceso conducente a la inmunización global. Esto se hizo en un año donde la actividad se redujo y diversas puertas -en el mundo- se cerraron.
Las personas y las organizaciones han tenido que adaptarse a los desafíos de la pandemia, haciendo uso de las herramientas disponibles y entre ellas se destacan las digitales y la creciente conectividad.
Es muy probable que, en los años por venir, el mundo transite hacia una economía de menor contacto, donde las puertas tengan tecnología de reconocimiento facial para abrirse o donde se utilice la voz para la comunicación con diversidad de dispositivos y para su accionar.
Es probable que -en algunos países- en pocas semanas estén disponibles pruebas rápidas de COVID 19 en las farmacias (La FDA aprobó en EEUU la distribución de la prueba casera Ellum COVID-19). En meses, estas pruebas podrían representar un avance paulatino de múltiples actividades (por ejemplo, de los vuelos, de la hotelería, etc.)
Los esfuerzos globales para mitigar los efectos de la pandemia han sido y son extraordinarios. También para reducir la caída de la economía.
Nuestra economía, en cierta medida, depende de vecinos en la Aldea Global residentes al norte.
La aplicación de una política monetaria expansiva generará un aumento en la inflación.
La Unión Europea y EEUU han optado por la inyección de capital y la reducción sustancial de las tasas de interés para incentivar el consumo y disminuir la pérdida de empleos. Las empresas han decidido solicitar créditos -que son atractivos por las bajas tasas de interés- en el intento de superar las dificultades que ha generado la crisis sanitaria.
Es probable que la FED incremente las tasas de interés en el 2021. Europa hará lo propio, quizás algo más tarde.
Podemos esperar un aumento de la actividad respecto del 2020, tanto en el norte como en el sur, en países desarrollados y en desarrollo. El año que pasó nos ha dejado con altas tasas de desempleo y contracción de la economía, tenemos por delante un período de cambios y mucho trabajo que nos va a permitir -una vez más- recuperarnos y superarnos. No para ser lo que fuimos, sino para ser mejores.
Ing. Luis Constanzo
Asesor en Telecomunicaciones y Management