LECCIONES DESDE LA MONTAÑA
“No se puede amar lo que no se conoce, ni defender lo que no se ama” – Leonardo Da Vinci
Hace unos años, en noviembre del 2018, asistimos a la inauguración de una obra muy significativa: un vínculo por fibra óptica entre Argentina y Chile por el Paso Mamuil Malal, a los pies del Volcán Lanín (el que resalta en el escudo y bandera de la Provincia del Neuquén) y se desarrolló el acto junto al hito fronterizo.
Me han quedado algunas expresiones en la memoria: «A partir de este momento el hito geográfico Argentina Chile será un hito histórico y se preguntarán por qué no hicimos esta inauguración en San Martín de los Andes o Curarrehue, la respuesta es porque la frontera se define como línea divisoria y nosotros queremos que sea punto de encuentro, de contacto, de comunicación. La cordillera de los Andes fue cruzada por los Padres de la Patria para liberarnos y hoy la cruzamos para conectarnos y unirnos a través de nuevas tecnologías«
Y con la simpatía y sabiduría que nos tiene acostumbrados, lo escuchamos a Horacio Martínez decirnos: «Coco Astete pensó esta idea subiendo al Lanín, miró el valle y dijo ‘acá podemos construir fibra’. Sólo una persona como él puede pensar en tirar fibra, subido al Lanín … Todos juntos fuimos una orquesta donde todos los instrumentos sonaron bien»
En este siglo XXI COTESMA se destacó por hechos trascendentes, por avanzar superando obstáculos y creo que no es casual que el liderazgo de la organización haya estado en el «montañista» Juan Carlos Astete. Si bien él prefiere que le digan Coco, vendedor de camperas, el dos (2) veces ingeniero es un excelente instructor en las montañas y más allá de ellas, quiere profundamente a su tierra y a su gente
Subir, caminar o esquiar en las montañas requiere mucho más que entrenamiento físico y realizar una Travesía nos puede enseñar muchas cosas en lo personal, en la integración de equipos y en su liderazgo. Los proyectos en la montaña alcanzan los objetivos y se concretan con buenos equipos, caracterizados por la fortaleza y la unidad, trabajando por objetivos comunes en una misma dirección, de manera colaborativa, cooperando.
Podemos alcanzar una cumbre, pero es más importante que todos regresemos sanos y a salvo. Jugar en equipo y para el equipo es algo que se disfruta, ya sea que juguemos o simplemente cuando vemos a nuestro equipo alcanzar sus objetivos. (Desde la tribuna, el reconocimiento a la Selección Nacional de fútbol y a todos los que bien nos representan). Como en el fútbol, la montaña nos exige superar adversidades y con frecuencia no llegamos a lograr el resultado deseado en un primer intento. El aprendizaje es fundamental y nos hace resilientes, debemos serlo y mantener el optimismo por sobre los tropezones que nos tocan afrontar.
Una lección magistral que recuerdo del instructor Coco la recibimos un grupo de cooperativistas durante un viaje de trabajo en una jornada de mucho calor donde debíamos caminar bastante. Varios emprendieron el camino con mucho ímpetu; Coco se tomó algo de tiempo, acomodó su mochila y cuando todos estaban en marcha salimos cerrando el grupo. No pasó mucho tiempo para que alcancemos a algunos de la «avanzada» que estaban bastante cansados, entonces descubrí que lo que cargaba Coco en su mochila eran botellitas de agua (una para cada uno del grupo). En la montaña, para asegurarse que nadie quede atrás y entender las características y posibilidades de cada uno de los integrantes del equipo, es bueno que el líder sea el que camina cerrando el grupo. Una lección de servicio a los demás y de trabajar para logros del conjunto.
La valorización de los aportes de cada integrante del equipo, más allá del peso de cada mochila, resulta importante. Cada contribución, como los aportes de conocimientos específicos o los apoyos emocionales hacen a los equipos exitosos, se trate de un proyecto organizacional o de una expedición en las montañas.
La confianza entre los integrantes de un equipo siempre es importante, pero en situaciones extremas es fundamental. Está claro que trabajamos interactuando y resulta más claro aún si estamos «encordados» (atados a una misma cuerda por seguridad) como se requiere en algunos ascensos.
Creo que en estos días el instructor Coco nos está dando una nueva clase y probablemente no nos resulte sencilla de entender. Se me ocurre que el apartarse del ejercicio de la presidencia de COTESMA es la búsqueda de un equilibrio nuevo. En hora buena! Los buenos guías saben qué hacer para estar bien y desde allí poder colaborar con otros en la búsqueda y alcanzar objetivos, sean estos parte de una travesía por la montaña o por la vida cotidiana. Las enseñanzas de los valores del montañismo hacen al liderazgo, pero sobre todo hacen muy buenas personas.