UN VIAJE COOPERATIVO HACIA EL FUTURO
Navegando Entre el Cambio y la Transformación
Introducción
La célebre cita de Séneca, «Si no sabemos hacia dónde vamos, ningún viento es favorable», resuena con particular relevancia en el contexto de las cooperativas, empresas arraigadas en la economía social. Este artículo explora la diferencia fundamental entre el cambio y la transformación institucional, subrayando la importancia de la iniciativa interna y la visión compartida en el proceso evolutivo de las cooperativas.
Cambio vs. Transformación
En el mundo cooperativo, el cambio a menudo se percibe como una fuerza externa, un mandato impuesto por circunstancias externas. Sin embargo, la verdadera transformación surge de la aceptación interna y voluntaria de la necesidad de cambio. Mientras el cambio genera resistencia y miedo, la transformación es un viaje elegido por la cooperativa y sus miembros.
Los Cuatro Pilares de la Transformación
Siguiendo al economista Álex Rovira, la transformación institucional se apoya en cuatro pilares fundamentales.
- Actitud: La voluntad de cambio es el motor que impulsa la transformación. Aquí, «hace mucho más el que quiere que el que puede» se convierte en el lema, destacando la importancia de la actitud positiva y proactiva.
- Conocimiento: La preparación y la competencia son esenciales. La transformación requiere un entendimiento profundo de la necesidad de cambio y la adquisición de habilidades y conocimientos necesarios para abordar los desafíos.
- Poder: Contar con los recursos y la convicción para llevar a cabo el proceso de transformación es crucial. La combinación de querer, saber y poder es un trampolín hacia el éxito transformador.
- Visión Compartida: La transformación auténtica se forja con una visión comunitaria. La cooperativa debe alinear sus objetivos con los principios y valores solidarios, creando una visión que trascienda los intereses personales en favor de un bienestar colectivo.
Creando una Cultura Institucional
La culminación de estos cuatro elementos no solo implica una transformación, sino la creación de una cultura institucional dinámica y continua. Esta cultura, arraigada en la actitud positiva, el conocimiento compartido, el poder colectivo y una visión unificada, se convierte en la fuerza impulsora de las instituciones cooperativas en beneficio directo de las comunidades a las que sirven.
Conclusión
Navegar entre el cambio y la transformación exige más que una respuesta reactiva a las circunstancias externas; requiere un compromiso interno, una voluntad colectiva de abrazar la evolución. En la intersección de la actitud, el conocimiento, el poder y la visión compartida, las cooperativas trazan un camino hacia un futuro sostenible y solidario, cumpliendo su papel distintivo en la economía social.