PRIORIDADES Y POSIBILIDADES
Las grandes crisis pueden sacar lo mejor y lo peor de las personas (individuales y colectivas).
Hay que responder ante una situación extrema que exige lo mejor de nosotros y, sobre todo, acciones concertadas a todos los niveles, desde la escala más pequeña -en casa- hasta la de acuerdos globales.
Las crisis también nos presentan oportunidades para hacernos algunos replanteos y encarar reformas significativas que en otras condiciones son imposibles.
Estamos ante una pandemia (afectación de una enfermedad infecciosa en un área geográficamente extensa), de escala global -hecho sin precedentes en esta era de la civilización- que ha de provocar cambios significativos en la economía y la sociedad.
Podemos salir fortalecidos de esta imprevista e indeseada situación y de las consecuencias que ha de tener en el corto plazo. Asimismo, puede ser oportuno permitirnos mirar hacia el mediano y largo plazo, trabajar en el presente con una visión de futuro.
Coordinación
La provisión de elementos básicos para la sanidad, como barbijos, guantes, alcohol y en otro nivel los test en tiempo y forma, no resulta posible sin coordinación (a todo nivel, incluso internacional).
Lo mismo cabe para el acceso al imprescindible conocimiento científico y técnico, para la canalización de los recursos económicos y para la presencia -en la primera línea, en donde es ineludible estar- de personal médico, de enfermería y asistencial calificado.
La primer prioridad es la salud, luego las sociedades tendrán que enfrentar las consecuencias económicas de esta crisis.
Quizás sea el momento de revisar, entre otras cosas, algunas prácticas y modelos que puede ser que hayan significado -para algunos- bienestar y desarrollo, pero con un alto precio en cuanto a desigualdades y en el maltrato al ambiente en nuestra casa común llamada tierra.
Cooperación
Ante la gravedad de los problemas que nos afectan a todos (todos, en el caso de esta pandemia, no tiene excepciones: quiere decir todos: la humanidad) no debemos permitirnos la crítica y el cuestionamiento per se y oponiéndose a todo lo que se hace, tanto en lo político como en lo social.
Trabajar colaborativamente, Cooperar ha sido, es y será una alternativa de extraordinaria importancia y valor.
Para aquellos que la desconocen o no la practican requiere de aprendizaje. Por si no ha sido suficientemente expresado: «Sabemos poco, debemos aprender» y vaya si la realidad de estos días de pandemia nos lo ha recordado.
Los esfuerzos individuales no alcanzan y la forma de satisfacer nuestras necesidades, eficaz y eficientemente es cooperando. Si aunamos esfuerzos solidariamente será posible superar las actuales y futuras situaciones, que no han de ser fáciles.
Recuperarse de esta crisis no es una cuestión exclusivamente médica. Las sociedades tendrán que lidiar con las consecuencias económicas.
Algunos aspectos a tener en cuenta:
Adecuación social
• a) Primero las personas.
• b) Solucionar los conflictos por vías pacíficas (dos no pelean, si uno no quiere).
• c) Generar el herramental necesario para que el relacionamiento sea colaborativo, en base a los aspectos enunciados en a y b y en el respeto de los individuos y del medio ambiente (sustentabilidad).
• Deberíamos empezar a dejar de lado, en las relaciones sociales e institucionales, principios de preponderancia y fomentar la Cooperación
Esto último, nos debería aproximar a una sociedad más resiliente ante eventuales crisis humanitarias, sanitarias, económicas o medioambientales.
Con mayor o menor éxito, durante la crisis sanitaria el conocimiento en y de la salud pública compite con los agentes económicos por imponer una agenda.
Esta tensión no se resuelve colocando exclusivamente a la salud -o a la economía- en el centro de las decisiones. Si el aprendizaje estuviera en el centro, las decisiones que exigen tener en cuenta múltiples factores serían menos complejas.
Procuremos la institucionalización del aprendizaje colectivo, colaborativo y progresivo de la generación del conocimiento -aún no generado- que permita avanzar hacia niveles superiores de paz y prosperidad socioeconómica sostenible.
Nos debemos la construcción de más y más ámbitos donde se aprenda colectivamente a cooperar y donde se puedan experimentar modelos económicos sostenibles.
Tenemos en la Cooperación un extraordinario recurso que nos ha ayudado en el pasado, lo hace en el presente y nos facilitará encaminarnos hacia objetivos superiores en el por venir
